Cuando estaba organizando mi primera visita a Kyoto descubrí que ademas de los servicios de alquiler de kimonos existía otro tipo de servicio. Hay comercios que venden experiencias y durante unas horas te someten a una auténtica transformación. Hablo de transformaciones en geisha, maiko o incluso samurai.
La experiencia
Me animé a probar con esta transformación y la verdad que es experiencia para recordar. Fue como experimentar un documental en primera persona. Contraté el servicio online a través de esta pagina. Me decanté por probar convertirme en maiko (aprendiz de geisha) por que me encanta toda la ornamentación y colorido que llevan. A continuación os cuento como fue la experiencia.
Maquillaje de geisha
La primera fase es pasar por el maquillaje, al principio me impactó mucho ver toda mi cara pintada de blanco, parecía un fantasma. Luego me dieron a elegir el estilo del maquillaje. Entre las opciones estaba el maquillaje estilo kawaii que es mas dulce e inocente, o el de estilo elegante. Yo elegí estilo kawaii, así que usaron tonos de color rosa para el rubor, me pintaron los labios muy finos y me cambiaron la forma de las cejas para parecer mas inocente. La chica que me atendió fue muy amable y me permitió ir haciendo fotos mientras trabajaba.
Una vez maquillada me pusieron la peluca. Para darle mas realismo lo que hicieron fue fijar mi propio pelo a la peluca y teñirlo de negro con spray de tinte. En ese momento es cuando empecé a ver los resultados y se produjo el efecto wow. No podía creer lo que estaba viendo en el espejo, me decía ¿Pero esta quién es?¿De verdad soy yo?
Eligiendo ropas y accesorios
Cuando terminé con el maquillaje el siguiente paso fue pasar a la habitación donde estaban los kimonos. El local era una casa japonesa tradicional antigua y como soy alta, tenía que tener cuidado con la peluca y agacharme para pasar por las puertas. De esta parte no pude tomar fotos, pero había un montón de kimonos para elegir. Entré en estado de indecisión máxima, me hubiera gustado estar horas probándomelos todos y combinando colores y estampados.
Cuando finalmente pude decidirme comenzó la parte divertida. Empezaron a liarme capas de ropa hasta quedar bien ajustada. Era como llevar puesto un corsé y no solo eso, ¡las telas pesaban muchísimo! El movimiento era muy limitado, costaba respirar y caminar. Ya era una aprendiz de geisha completa así que me dirigí a la sesión fotográfica.
La sesión fotográfica
Contraté un plan con fotos de estudio y fotos en el patio exterior. Me dieron la opción de elegir exactamente la pose y los accesorios con los que quería que tomaran las fotos. Además tras finalizar la sesión fotográfica tuve 10 minutos libres para tomar fotos con mi propia cámara. Como iba sola, una de las chicas que trabajaban en el local me ayudó con las fotos, hizo un gran trabajo.
La vuelta a la normalidad
Cuando terminé con las fotos regresé a los vestidores para volver a ponerme mi ropa, quitarme todo el maquillaje y tinte del pelo. De ahí pasé a la sala de espera mientras terminaban de preparar las fotos. Durante la sesión hice una foto extra para añadirla al álbum del negocio con una dedicatoria junto a mi nacionalidad. Una vez impresas las fotos me dieron la opción de recibir un usb para tener las fotos en digital pagando un suplemento adicional.
Esto es todo lo que puedo contar sobre esta maravillosa experiencia. Sin duda me llevé un recuerdo inolvidable de Japón. Si estás pensando en vivir esta experiencia y ser geisha por unas horas.
Las fotos de la sesión fotográfica son muy bonitas, ¡a la próxima que te conviertan en Onna bugeisha!
Bueno me acabo de decidir a hacer lo mismo que tu si aun sigue en pie la actividad, ahora mirare el enlace que dejaste ahi arriba. Las fotos me encantan, sobre todo la primera donde estás de rodillas sentada, da un tono elegante y perfecto. Muchas gracias por compartir, a nosotros también nos encanta Japón.