Desde hace unos años, resido en Brasil y me gustaría compartir algunas experiencias que he adquirido aquí. Quizás no lo sabías, pero Brasil tiene la mayor comunidad japonesa de descendientes e inmigranción japonesa fuera de Japón, lo que ha generado una influencia significativa en la sociedad brasileña. Yo misma al llegar a Brasil me sorprendí porque no me esperaba para nada lo que me encontré aquí, pocas son las cosas que puedo echar de menos de Japón.
Puedo decir que he sido acogida con los brazos abiertos por esta maravillosa comunidad, aun cuando no sabía ni hablar portugués y estoy muy contenta de poder compartir estas experiencias con vosotros.
Museo Histórico de la Inmigración Japonesa de Brasil en el barrio Liberdade
Esta historia está recogida y documentada en el Museo Histórico de la Inmigración Japonesa de Brasil, ubicado en el barrio Liberdade de São Paulo, conocido como el barrio japonés. Puedes acceder a un tour virtual con videos en portugués a través de su sitio web oficial en enlace. La exposición además de mostrar utensilios de la época está modernizada y tiene contenidos multimedia que la hacen mas interesante.
La llegada de los primeros japoneses a Brasil
Como inmigrante que soy, debo confesar que esta historia me dio mucho que pensar. Hoy en día el mundo está conectado, tenemos acceso a información y existen muchas facilidades para la integración. Si nos remontamos a los inicios del siglo XIX, la situación era muy diferente.
Inicialmente, los japoneses trabajaban en plantaciones de café, pero luego formaron colonias para prosperar. En aquella época, no existía un diccionario japonés-portugués. Fue uno de estos inmigrantes quien se encargó de crear el primer diccionario, un gran paso hacia la integración. No puedo imaginar lo que tiene que ser llegar a un nuevo continente sin la tecnología de hoy.
Por otro lado, cuando se asentaban en las selvas brasileñas tenían que enfrentarse a una fauna hostil y desconocida con anacondas, cocodrilos y enfermedades como la malaria, entre otros peligros que ni siquiera existían en Japón. Colonias enteras fueron exterminadas por estas amenazas.
Durante la Segunda Guerra Mundial
Japón y Brasil estaban en bandos opuestos durante la guerra, se cortó el flujo de migración japonesa y relaciones entre los países. Eran considerados traidores para su país y fueron perseguidos, expropiados y repudiados durante este periodo.
Se prohibieron las publicaciones de periódicos en japonés y la mayoría de la población japonesa era analfabeta en portugués, por lo que estaban completamente desinformados sobre el desarrollo de la guerra. Además, fue una época de disturbios donde los propios habitantes brasileños atacaban, agredían y quemaban las propiedades de los japoneses. Muchos fueron expropiados y encarcelados sin ningún motivo.
La comunidad nikkei en la actualidad
Cuando terminó la guerra se retomaron las relaciones diplomáticas y poco a poco se fueron recuperando los japoneses.
Una cosa que percibí es la educación siempre fue una de las prioridades de esta comunidad. La idea original de los japoneses era enriquecerse en Brasil para que luego sus hijos pudieran volver a Japón (aunque luego se quedaron). Hay montones de escuelas y jardines de infancia donde se educa al estilo japones por todo el país con un alto nivel educativo.
Si bien es cierto que gran parte de los descendientes de tercera y cuarta generación ya no hablan japonés, muchos siguen las tradiciones de sus padres y abuelos y se organizan múltiples eventos y fiestas dedicadas a la cultura japonesa a lo largo del año.
Yo misma cuando llegué a Brasil sin saber hablar portugués agradecí que en algunos restaurantes, peluquería e incluso un taxista (este me detecto sin decirle yo nada por mis modales que estaba japonizada) me atendieron en japonés, cosa que jamás podría esperar que ocurriera fuera de Japón.
