Comienza el segundo día de nuestra aventura por Nagasaki, parte esta serie de entradas de mi viaje por el oeste de Japón. Si aún no has leído la primera parte del primer día de viaje por Nagasaki, te recomiendo que le eches un vistazo antes de continuar con el segundo día.
Glover Garden
Nuestro primer destino del día es el Glover Garden. En el camino, hay una calle con muchas tiendas donde pudimos comprar regalos típicos de Nagasaki como los kasutera (bizcochos de origen portugués) y el chanpon (plato de fideos de origen chino). Los edificios de la zona tienen influencias holandesas y crean un paisaje encantador.
Al fondo de la avenida se encuentra la Catedral Oura, que en su interior hay un museo que cuenta la historia de los cristianos y mártires de Nagasaki. La entrada a la catedral cuesta 1000 yenes.
Glover Garden es un parque situado en la pendiente de la montaña con unas vistas espectaculares de Nagasaki y la fábrica de barcos. Antiguamente fue la residencia de Thomas B. Glover, quien contribuyó enormemente a la modernización de Japón a través del comercio, la metalurgia y otros campos. Este lugar es considerado patrimonio de la humanidad como parte de la era de la revolución industrial Meiji.
Nuestra visita fue en mayo, lo que nos permitió ver los rosales florecidos y disfrutar de un día ideal para pasear, ya que aún no había comenzado la época de lluvias. Dependiendo de la época del año, el paisaje varía según las flores estacionales.
Durante nuestro recorrido por Glover Garden, nos encontramos con casas de estilo occidental de la era Meiji reformadas, convertidas en pequeñas exposiciones con la historia de cada una de las familias que moraron en ellas. Lo que más me gustó es que cada casa tenía vistas espectaculares de la ciudad y el puerto, como sacadas de una portada de revista. Podía imaginarme perfectamente viviendo en una de esas casas. Nos gustaron más estas vistas que las del Monte Inasa, aunque por los horarios del parque no sería posible apreciar las vistas nocturnas.
Con la visita te incluyen una fotografía gratuita como recuerdo, aprovechamos para sacarnos la nuestra en frente de la casa del señor Glover.
En el último edificio, había una exposición sobre el Nagasaki Kunchi, la fiesta tradicional de la región. Es una festividad única en Japón debido a la influencia de los extranjeros que demuestra, una vez más, la multiculturalidad de Nagasaki. Lo más icónico es la danza del dragón, por influencia china, y también destacan danzas con carrozas de barcos que simulan la llegada de los holandeses y misioneros a Nagasaki.
Barrio Chino Shinchi y el Templo Sofukuji
Aprovechando que estábamos de camino al templo Kofukuji, pasamos por el barrio chino Shinchi para comer. Como soy fanática del mabodofu, no podía irme de Nagasaki sin probarlo en su famoso barrio chino lleno de restaurantes.
Con la barriga llena, fuimos hacia el templo Sofukuji en tranvía. Parecía un templo abandonado porque no había nadie para cobrar la entrada. Había un cartel en japonés que pedía depositar 300 yenes en una caja, confiando en la buena voluntad de los visitantes. Como no llevábamos suficientes monedas, dejamos 1000 yenes para quedarnos con la conciencia tranquila.
La particularidad de este templo es que su arquitectura es completamente china. Una vez más, podemos percibir la huella que dejaron los inmigrantes en Nagasaki. Como detalle, el Buda que hay en el altar tiene órganos de plata en su interior, descubiertos durante una restauración.
Nos encantó la visita al templo Sofukuji; además de ser hermoso, no había ni un alma allí, lo que nos permitió disfrutar de una paz completa.
Desde allí, la idea era desplazarnos hasta el templo Kofukuji, pero nos desviamos bastante por las callejuelas del casco antiguo, que invitaban a investigar. También había bastantes templos por el camino, y visitamos algunos. Uno de ellos, cerrado al público, se había reacondicionado para convertirse en jardín de infancia.
El puente Meganebashi
Nos desviamos un poco del casco antiguo para caminar junto al río y toparnos con el famoso puente Meganebashi. Recibe este nombre porque la forma del puente y su reflejo en el agua hacen la forma de unas gafas (megane en japonés). Aunque hay otros puentes a lo largo del río, este es el único que tiene esa forma tan peculiar. Así que íbamos caminando a lo largo del río pensando: «Este no, este tampoco, ¡ahí está!».
El puente Meganebashi es considerado uno de los tres puentes más hermosos de Japón. Como podéis ver en la foto, es un paseo con una atmósfera muy tranquila.
Santuario Suwa
El santuario Suwa es el mayor santuario sintoísta de Nagasaki. Para acceder a él, debemos atravesar una avenida de toriis y subir más de 200 escaleras de piedra (nota para la próxima: no dejar este templo para el final porque nos costó bastante subir). Coincidió con nuestra visita una pareja de novios haciéndose las fotos de boda en la parte superior de las escaleras cuando tiré la foto.
La zona principal del centro tiene una gran explanada donde cada otoño se celebra el Nagasaki Kunchi, que previamente en el mismo día en Glover Garden vimos una exposición de esta fiesta. Como fuimos en mayo, estaba bastante tranquilo pero podía imaginar como sería este lugar en pleno bullicio.
En la parte trasera hay un pequeño jardín japonés con una casa de té donde aprovechamos para hacer una pausa. Pedimos unos mochis, y para mí de warabi, que no me gusta el anko. Fueron bastante más grandes de lo que pensábamos, pero caseros y deliciosos. Fue un momento reconfortante.
Museo de Historia y Cultura de Nagasaki
Dejar para el final el Museo de Historia y Cultura de Nagasaki fue una buena elección. Este lugar recopila toda la historia de los lugares que hemos visitado a lo largo de estos dos días de viaje, especialmente los relacionados con el comercio internacional. En su exposición, descubrimos historias y detalles que habíamos pasado por alto. Un ejemplo es que durante el periodo del baneo de los cristianos, una forma de buscarlos era pedirles que pisaran una estampa de Cristo. En este museo hay una pequeña exposición de estas estampas.
Aunque la exposición nos encantó, tiene un problema y es que solo está parcialmente traducida al inglés (al menos en la fecha que yo lo visité, en 2024). Espero que la traduzcan completamente porque es una exposición que es bastante interactiva e interesante para el turista.
El edificio, antiguamente, fue la oficina del Magistrado de Nagasaki, la persona encargada de controlar el tráfico comercial. Una administración similar a una aduana pero con más funciones. Parte de la exposición es la reconstrucción de cómo sería la oficina de entonces, basada en los registros históricos. Se me pasó sacar fotografías, pero fue realmente inmersivo, como si estuviera pisando una casa del Japón feudal.
Además, tenían una exposición temporal de Hokusai. Pero sinceramente, sus mas reconocidas obras están en otros museos, y estábamos tan cansados que solo visitamos la exposición de la historia de Nagasaki.
Iglesia de San Felipe y el Monumento a los 26 Mártires
Nuestra última visita turística del viaje fue a la zona de Nishizaka, donde se alza el monumento a los 26 mártires. Para profundizar en la historia, hay un museo que cuenta la historia de estos mártires. Detrás, se alza la Iglesia de San Felipe, que nosotros llamamos la Sagrada Familia de Nagasaki por su arquitectura. La iglesia tiene dos columnas inspiradas por el estilo artístico de Gaudí. Además, recibió la visita del Papa y es considerado lugar de peregrinación cristiana.
Despidiéndonos de Nagasaki a lo Grande
Nagasaki es conocida por tener buenos pescados y mariscos así que no podiamos irnos sin probarlos. El restaurante al que decidimos ir se llama Aburi Nagasaki y fue una grandísima elección. Es un izakaya de pescados, muy frecuentado por locales. Al entrar, nos avisaron que el servicio sería lento ya que solo tienen un cocinero, pero no teníamos prisa, así que entramos y disfrutamos de una deliciosa cena.
Aproveché este viaje para hacer algunas observaciones. En esta zona del país la vida es mucho más relajada que en las grandes ciudades. Los últimos autobuses y trenes son a las 10 de la noche, por lo que la mayoría de negocios cierran temprano y no hay el ambiente de salaryman borrachos al que estoy acostumbrada en Tokio. Fue interesante conocer otra cara de Japón.
Y aquí finaliza nuestra aventura de hoy desde Glover Garden hasta la Iglesia de San Felipe pasando por un montón de lugares históricos. El siguiente dia ya partimos rumbo Yamaguchi parando para turistear por Fukuoka. Permaneced atentos que traeré mas contenido de esta serie de entradas viajando por el Oeste de Japón.